La atención es la habilidad de concentrarse y permanecer interesado en una actividad por un periodo de tiempo. Para aprender algo, incluído el lenguaje, tu hijo debe estar atento y calmado para poder escuchar, observar y participar en cualquier actividad.
En niños chiquitos, lo que se espera es que puedan poner atención de 3-6 minutos cuando están solos y por unos minutos más cuando están con adultos haciendo una actividad de su interés y en rutinas de juego.
Cuando la atención no se está desarrollando de manera adecuada, puede irse a 3 extremos:
- Parece que siempre está ocupado, se le dificulta permanecer sentado y estar en un solo lugar. Por lo general se va corriendo cuando le pides que haga algo.
- Parece que está aburrido o desinteresado. Puede permanecer en algún lugar sin hacer nada.
- Está con atención fija en una actividad por un tiempo excesivo.
Si no pone atención, va a tener problemas en diferentes áreas, incluyendo su habilidad para:
- Aprender conceptos nuevos
- Comprender lenguaje
- Seguir instrucciones
- Comunicarse con los demás.
La comprensión del lenguaje empieza escuchando cuando otros hablan. Escuchar y poner atención te permite comprender el lenguaje, lo cual lleva a decir palabras más adelante.
¿Cómo ayudar a tu hijo a mejorar su atención?
Con movimiento– el moverse lo ayuda a calmarse. Antes de que le pidas que se concentre, haz movimientos para prepararlo o hagan actividades en las que se mueva y se siente, por ejemplo que vaya por una pieza del rompecabezas al otro extremo del cuarto y se siente para ponerla.
Quita distractores– ayuda a tu hijo a concentrarse quitando cosas que lo distraigan. Sólo tengan el juguete con el que van a jugar y guarden los demás.
Empieza con actividades que tu hijo disfrute– es más fácil que quiera permanecer haciendo una actividad que le gusta. Primero que el objetivo sea mantener la atención por 1 minuto, aumenta a 2 minutos y poco a poco ve incrementando el tiempo hasta lograr llegar a 5 minutos. Ya que logre aumentar el tiempo con su juguete favorito, prueba si puede mantener su atención con otro juguete.
Limita el tiempo en pantallas- aunque hay buenos programas educativos para niños, la mayoría promueven el cambiar rápido de una actividad o imagen a otra, lo cual no beneficia que haya mayor atención. Si quieres saber más sobre el correcto uso de las pantallas, visita el blog ¿El uso de pantallas afecta el lenguaje de mi hijo?
Usa juguetes- Sensory boxes son buenas para extender la atención. Llénalas de pasta cocida, arroz, arena. Déjalo que explore con sus manos, palas, vasos, cucharas. Puedes meter animales, coches, personajes para que los busque. Para más información, visita el blog Cajas sensoriales: una gran idea para jugar
Practica durante el baño o la comida– en estas actividades tu hijo está confinado en un espacio y es más fácil mantener su atención sin que se pueda ir a otro lado. Si se baña en la tina, pueden poner una resbaladilla para que meta sus juguetes al agua; durante la comida pueden jugar al avión, con cada bocado di “va un avión cargado de mamá o papá o su juguete favorito…” (recuerda que muchas cosas que ya usas, como juegos tradicionales, son excelentes para desarrollar lenguaje).
Introduce la regla de uno más– cuando ya no quiere seguir, le pides que haga 1 más, por ejemplo antes de cambiar de juego, tiene que poner una pieza más en el rompecabezas (si ponía 3 piezas, la siguiente meta es que ponga 4), guardar 1 muñeco más en la bolsa, leer una página más del cuento.
Poner atención a la misma actividad por varios minutos hace que tu hijo pueda practicar una habilidad varias veces. La repetición es necesaria para aprender habilidades nuevas, como aprender lenguaje.
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